Probando cervezas a 10.000 km. de casa – PARTE 1, Sur de China

El Taproom de Birras People

Si sigues mis perfiles en redes sociales, ya habrás advertido que hace unas semanas pasé unos días en la zona sur de China y Hong Kong.

Aunque estuve allí principalmente por cuestiones laborales, aproveché la ocasión para probar diferentes cervezas locales, tomar el pulso a la cultura cervecera del país asiático e incluso traer algunas muestras peculiares en el equipaje, para probar con más calma a mi regreso.

En mi viaje visité varias ciudades chinas situadas en los márgenes del Río de las Perlas o Zhu Jiang en la provincia de Cantón, y la megaurbe de Hong Kong.

Pese a ser zonas limítrofes, aprecié muchas diferencias en general y en temas cerveceros en particular entre ambas, por lo que en este primer artículo me centraré en lo visto en el sur de China, y en uno próximo hablaré sobre la escena cervecera de la excolonia británica.

El sur de China

China es el país más poblado del mundo con 1395 millones de habitantes, siendo también la primera potencia económica mundial por PIB en términos de paridad de poder adquisitivo.

Cantón es su provincia más poblada, con alrededor de 104 millones de habitantes. Su capital, la homónima Cantón o Guangzhou, es una de las tres ciudades chinas más pobladas tras Shanghai y Pekín, con algo más de 3 millones de personas en su zona urbana y hasta 13 millones contando el área metropolitana. Pasé unos días tanto en esta ciudad como en Shenzhen, ubicada a unos 130 kilómetros de Guangzhou y fronteriza con Hong Kong. Ambas ciudades son importantes centros de producción, transporte y distribución, concentrándose en esa zona algunas de las empresas de alta tecnología más exitosas del país, siendo por tanto una de las regiones económicamente más prósperas de China.

La Cerveza

Centrándonos en materia, se puede afirmar que la cerveza es un producto con gran arraigo y aceptación en la cultura china. Hay informaciones que apuntan a que los chinos comenzaron a producir hace miles de años bebidas muy similares a lo que hoy conocemos como cerveza, fermentando cereales de producción local como el arroz o el mijo para elaborar bebidas alcohólicas. Sin embargo, las primeras cervezas comerciales fueron introducidas en China a través de su frontera norte con Rusia, y poco a poco fueron adaptándose a los gustos y las materias primas locales.

Así, ante la escasez de cebada y la descomunal producción de arroz en el país, es muy común que las marcas opten por utilizar mayoritariamente este cereal en su producción, resultando cervezas muy suaves y ligeras, poco alcohólicas y fáciles de beber. El lúpulo tampoco es un producto muy abundante, por lo que se suelen usar otros aditivos como melón amargo para conferir el carácter amargo y ligeramente frutal a la cerveza.

Tomando una Snow Ice en las alturas de Guangzhou

Con los datos de población que comentábamos antes, no es de extrañar que las dos cervezas más vendidas del mundo sean chinas, pese a contar con una presencia casi testimonial en los mercados del resto del mundo. Snow y Tsingtao son las marcas dominantes, acaparando alrededor de un 5,4% y un 2,8 % de las ventas a nivel mundial, con unos volúmenes de producción de unos 100 y 50 millones de hectolitros a lo largo de 2017, respectivamente.

Pese a que es muy fácil encontrar referencias de grandes grupos cerveceros internacionales como Carlsberg, Heineken o ABInBev (además de Budweiser, me llamó la atención la importante presencia y aceptación de Hoegaarden), las cervezas más consumidas son las marcas locales ya mencionadas, junto con otras como Yanjing o Harbin, y algunas regionales como Pearl River en la provincia de Cantón.

Las cervezas chinas son un producto muy asequible (el litro de cerveza nacional se puede adquirir por aproximadamente 10 yuanes en supermercado y 12 en restaurantes, algo así como 1,30 y 1,50 euros respectivamente), y ampliamente consumido en cualquier situación o reunión social, pero sin embargo los hábitos de consumo distan mucho de lo habitual en occidente.

Aunque existe un amplio rango de formatos, lo más habitual cuando se acude a un restaurante o un bar en un grupo más o menos numeroso no es pedir botellas individuales para cada comensal, sino botellas de 600 ml para compartir. Dependiendo de la región y su clima, es habitual tener que indicar al camarero que se quiere consumir fría, pues de lo contrario se servirá a temperatura ambiente (pese a visitarla en pleno mes de Noviembre, la zona sur de China se encontraba en ese momento en época de monzones, con temperaturas superiores a los 20 grados y muy alta humedad, así que no fue necesario especificar que quería la cerveza fría).

Los grandes formatos contrastan con los pequeños vasos en los que se sirve la cerveza, de alrededor de 10 ml, perfectos para el ganbei: es tradición que una comida termine con varias rondas de brindis en los que la cerveza se bebe de un único trago, a modo de chupito, tras gritar ganbei. Pese a ello, las cervezas locales son ligeras y de graduación alcohólica muy baja, por lo que se pueden consumir en grandes cantidades sin sufrir las consecuencias.

Diferentes lagers locales en un restaurante de pescados y mariscos de Guangzhou

Respecto a la cerveza artesanal, por lo que he podido comprobar, China aún no ha experimentado el auge que se vive actualmente en occidente.

El consumidor medio está habituado a los sabores y aromas suaves de sus cervezas tradicionales, y aunque las cervezas de importación son consideradas un producto distintivo, moderno y prácticamente de lujo, el común de los paladares chinos no está todavía preparado para su mayor amargor y contundencia.

Aun así, la escena cervecera artesanal varía mucho dependiendo de la ciudad visitada: mientras que en Guangzhou es muy complicado encontrar cervezas que no pertenezcan a los grandes grupos locales, en Shenzhen, una localidad que ha aumentado su población vertiginosamente en la última década, sus ciudadanos más jóvenes sí buscan referencias cerveceras diferentes.

La ciudad cuenta con algunos bares específicos de cerveza artesanal con numerosos tiradores y botellas a la venta, hay varias microcerveceras establecidas en la zona, e incluso alberga un festival anual, el Electric City Festival, que reúne durante un fin de semana de principios de Noviembre a varias de las cerveceras craft punteras de la región. Visto lo visto, no me resultó tan extraño poder charlar brevemente con un aficionado local sobre IBUs, lúpulos, IPAs y brewpubs.

Como apasionado a las cervezas diferentes y aprendiz de beer hunter, no me pude resistir a meter en la maleta algunas cervezas peculiares que encontré en tiendas y supermercados, por lo general a precios bastante bajos. Traté de conseguir diferentes estilos y formatos para compararlos entre sí y con las cervezas que consumo habitualmente, y a continuación os muestro sus notas de cata.

Notas de catas de las cervezas del Sur de China

Tsingtao – Tsingtao Lager

Como comentaba antes, Tsingtao es una de las marcas más populares de China, siendo la segunda más vendida tanto en el país como a nivel mundial.

Cuenta con diferentes envases y etiquetados, aunque por lo que pude comprobar, todas sus referencias eran muy similares entre sí, girando alrededor de pale lagers con pequeñas variaciones casi inapreciables.

Originarias de la ciudad portuaria de Qingdao, de la que toman su nombre en transcripción antigua, son cervezas elaboradas desde 1903 con agua de Laoshan, área montañosa conocida por la pureza y calidad de sus aguas. Utilizan lúpulos locales, según ellos tan apreciados que incluso son exportados a Europa, y maltas de cebada y levaduras procedentes de Australia y Canadá. Elegí este formato en lata por ser una edición especial y muy llamativa, que por lo que puedo imaginar conmemora la llegada de las cervezas Tsingtao a la Antártida, después de recorrer 20.800 kilómetros.

Una primera curiosidad que aprecié al abrirla es el cierre de la lata, más parecido a los de las tapas de conservas que a los de las latas cerveceras habituales.

Es una lager pálida, del ya conocido como sub-estilo asian lager, elaborada con arroz, con 4,7 % de alcohol (los etiquetados suelen indicar la cifra de manera poco precisa, indicando en este caso que es mayor o igual que 4) y 25 IBUs.

Otra peculiaridad común en las cervezas chinas es la indicación en sus envases del grado Plato (10 en este caso), utilizado en el país como la característica que determina el tipo impositivo aplicado al producto. Esta unidad mide la densidad de la cerveza en base al extracto seco presente en una determinada cantidad de mosto, señalando así la cantidad de azúcares fermentables, e indirectamente el grado alcohólico de la misma.

Se trata de una cerveza de color amarillo claro, transparente y brillante, muy pálido incluso para una lager común. Presenta espuma gruesa y efervescente, esponjosa y escasa, que desaparece totalmente a los pocos segundos de servirla en vaso.

Aroma muy suave y dulce, maltoso y con toques de cereal crudo, maíz y arroz. Se aprecia un punto herbal y cítrico muy sutil, junto con algo de levadura, no distando mucho en su aroma de una clásica lager industrial.

En boca es muy ligera, con poco cuerpo y algo aguada, aunque bien carbonatada con burbuja fina. Notas de cereal y cítricos, con toques terrosos y ácidos al final, tiene un sabor aceptable pero muy fugaz. Amargor prácticamente nulo y muy leve regusto herbal, me ha parecido una cerveza suave y refrescante pero con poco que destacar, pasa sin pena ni gloria y entiendo que está destinada a ser consumida en grandes cantidades.

Drinksba – Weissbier

Esta cerveza me conquistó definitivamente cuando la vi en la estantería del supermercado por su peculiar envasado.

No es nada común encontrar cervezas envasadas en botella de aluminio, con tapón de rosca y con un diseño pequeño y compacto, pese a que contiene los 330 ml habituales.  Además en su etiqueta presume de ser una cerveza artesanal y su precio era bastante económico, así que me lancé a por ella pese a no haber encontrado mucha más información sobre la marca y sus recetas.

Es una cerveza de trigo con 4,8 grados de alcohol, 10 IBUs y 12 grados Plato.

De color anaranjado con destellos dorados muy turbio, con espuma correcta, algo escasa pero aceptable, esponjosa y de retención razonable, mostrando un aspecto similar a una weissbier clásica.

Definiría su aroma como diferente, no es ni mucho menos desagradable pero dista un poco de lo que se espera en una cerveza de trigo, siendo más fuerte y dulce. Aunque tiene la base tradicional de una weissbier, con toques de trigo y ahumado, no se aprecian los aromas habituales especiados y de banana, y sí un punto terroso y mineral que puede proceder del uso de diferentes cepas de levadura.

De cuerpo medio, fluida en boca y con baja gasificación, presenta un buen sabor a trigo, con notas dulces, ahumadas, cítricas, especiadas de clavo y pimienta, de pan recién hecho y algo de acidez final. Amargor medio-bajo, con regusto maltoso y final algo seco.

La considero una cerveza no espectacular pero correcta, que cumple con lo que se espera de ella sin florituras. Equilibrada, fresca, sabrosa, con buena presencia de trigo, textura agradable en boca y un buen punto ahumado.

Panda Brew – Panda Eyes Red Honey Ale

Sin lugar a dudas, ésta es una de las cerveceras que encontré con un concepto más similar al craft tal como lo entendemos aquí, tanto por la variedad y calidad de recetas como por su imagen y sus diseños.

Compré y probé en primer lugar su witbier, llamada Killed a Copycat Outlaw, y aunque en un principio no tenía mucha esperanza puesta en ella, me sorprendió muy gratamente.

Por eso me hice sin dudarlo con esta red ale de 5,5 % de alcohol, 13 grados Plato y unos 30 IBUs. Como curiosidad, su chapa que refleja a un agresivo oso panda en tonos dorados y negros cuenta con un cómodo abrefácil.

De color ámbar rojizo muy brillante, atractivo y transparente, con aspecto de haber sido filtrada. Muestra una delgada corona de espuma de color beige, cremosa y con buen aspecto pero de baja retención.

Rico aroma a malta caramelizada, azúcar moreno y miel, suave pero agradable, y con ligeros toques de toffee y frutas maduras como ciruela. De densidad media-baja y gasificación correcta, sorprende al primer sorbo por su potente sabor a malta tostada, con las notas de caramelo y miel que ya se intuían en el aroma. Amargor medio, con regusto dulce moderado pero largo, y final seco en el que se aprecian cereal y frutos secos, con incluso algo de vainilla.

Una cerveza muy interesante, podría pasar perfectamente como una muy buena cerveza artesanal occidental, pues es sabrosa, equilibrada y con carácter. Destacan sus notas de miel y su espectacular color rojizo, y por momentos recuerda a una bitter inglesa.

Si te ha gustado este pequeño recorrido por las cervezas del sur de China, te espero en una próxima entrega en la que viajaremos a Hong Kong para hablar sobre su cultura cervecera y sobre la creciente escena craft local.

¡Prepara tus maletas, volveremos a Asia!

Probando cervezas a 10.000 km. de casa - PARTE 1, Sur de China 🍺➡️ el #TapRoom de @birras_people Clic para tuitear

Parte 2: Hong Kong

Artículo de Carlos Vallejo – Birras People , uno de los instagramers cerveceros más influyentes en España y colaborador de cervezasfrías.

Si quieres que Birras People (+7800 seguidores en Instagram) haga una cata de tu cerveza y que ésta salga publicada en cervezasfrías, puedes escribirme por aquí y te contaré la mejor manera de hacerlo.