Pumpkin Ales, las peculiares cervezas de la noche más terrorífica del año

El Taproom de Birras People

Halloween, Día de Todos los Santos, Samhain…independientemente de cómo se llame en cada cultura, el final del mes de Octubre y el comienzo de Noviembre llega emparejado con festividades relacionadas con el más allá, vinculadas en sus orígenes con los ritos ancestrales del final de la temporada de cosecha.

También llega en esta fecha el verdadero otoño, con las primeras lluvias y el frío, y con él las cervezas estacionales, de las que las pumpkin ales o cervezas de calabaza son las verdaderas protagonistas.

El origen de las Pumpkin Ale

Este estilo, también conocido como Yam Beer o Pompion Ale, nace en la Norteamérica colonial previa a la fundación de los Estados Unidos, donde la calabaza era parte fundamental de la dieta de sus primeros habitantes.

Esta cucurbitácea se encontraba muy presente en la sociedad de la época, pues era un producto autóctono, abundante y de fácil cultivo, y que se podía conservar bien durante los largos meses de invierno.

Por ello, comenzó a emplearse en la elaboración de diferentes alimentos, que abarcan desde los tradicionales pasteles de calabaza que aún hoy se consumen en Acción de Gracias a, cómo no, la cerveza.

Dado su alto contenido en azúcares, los colonos advirtieron que podía ser un buen sustituto de la cebada en la fermentación de la cerveza, especialmente aquellos años en los que el cereal cosechado era de mala calidad y costoso.

Las pumpkin ales vivieron así un periodo de esplendor durante el Siglo XVIII y una muy abrupta decadencia, pues con la llegada de la Revolución Industrial y las mejoras de la agricultura se pudo por fin disponer de cereal en grandes cantidades y a un precio asequible, quedando el uso de la calabaza en la fabricación cervecera como algo testimonial durante el Siglo XIX y gran parte del XX.

Resurgir

No fue hasta la década de los 80 del pasado siglo cuando los cerveceros artesanales estadounidenses decidieron revivir el estilo, basándose para ello en una receta escrita por el mismísimo George Washington, personaje histórico que nunca ocultó sus tendencias cerveceras.

Las cervezas de calabaza que conocemos hoy día distan mucho de las elaboradas por los colonos americanos, principalmente porque se trata de cervezas saborizadas con calabaza, donde la carga de la fermentación sigue recayendo en la cebada (la cerveza base puede ser una pale ale, una amber ale o incluso una stout o una weizen), mientras que la calabaza se agrega en grandes piezas durante la maceración, o en forma de puré o troceada durante el hervido.

El estilo goza de una enorme popularidad en Estados Unidos, donde la gran mayoría de las cerveceras artesanales cuentan con una pumpkin ale en su catálogo, siendo su lanzamiento esperado con ansia por los aficionados.

Estas cervezas destacan además por su sabor especiado que recuerda al popular pastel de calabaza americano, y su éxito en la sociedad estadounidense es tal que sus ventas en esta época del año llegan a eclipsar las de las todopoderosas IPAs.

En España

Hasta hace poco era un estilo nada común en España, pero varias cerveceras nacionales han sabido intuir su éxito y se han lanzado a la aventura de crear sus propias recetas de pumpkin ales, unas cervezas por lo general muy especiadas, con un perfil bajo de lúpulo, no demasiado amargas pero sí relativamente alcohólicas.

De cara a la noche de Halloween, en la que la calabaza es la protagonista icónica en la decoración de toda fiesta que se precie, te recomiendo tres pumpkin ales, dos de producción nacional y una estadounidense, para que puedas celebrar como se merece la festividad más terrorífica del año.

Tres Pumpkin Ales

La Sagra Calabaza y Canela

Quizás no sea la primera pumpkin ale nacional que se lanzó al mercado, pero es sin lugar a dudas una de las más populares, siendo fiel a su cita anual desde 2014.

En su versión de 2018, es una cerveza de 6,1 grados y 11 IBUs, de color castaño anaranjado, turbio y con destellos rojizos. Cuenta con una buena corona de espuma beige muy esponjosa, muy abundante al principio y duradera en forma de lámina fina.

Muy aromática y perfumada, con un atractivo punto dulce y especiado, con la canela como aroma dominante, recordando mucho a repostería.

Densa y sedosa, con una textura aterciopelada que se aprecia nada más servirla, y finamente gasificada en una proporción perfecta. En boca no resulta nada dulce o empalagosa, destacando los sabores de malta tostada, de frutos secos, y un ligero recuerdo a canela y clavo.

De amargor muy bajo, suave y fugaz, con un final tostado y afrutado.

De ella me ha gustado especialmente su aroma, marcado por la presencia de canela y especias, y su textura untuosa y cremosa. No resulta nada pesada ni alcohólica, y por hacer un paralelismo, la compararía con una cerveza tipo dunkel.

Tyris Pim Pam Pumpkin

La conocida cervecera valenciana lanza su primera pumpkin ale, empleando para ello calabaza asada y un buen surtido de especias que incluye jengibre, canela, clavo, pimienta y nuez moscada.

El resultado es una cerveza de 6,4 grados y 15 IBUs, de color ámbar muy claro, transparente y brillante, con espuma beige, fina y cremosa, correcta en cuanto a calidad, cantidad y retención.

Aroma suave y frutal, en el que se aprecia la calabaza junto con un ligero toque tostado y ahumado procedente de su asado.

De cuerpo medio, ligera y muy fluida en boca, con abundante gasificación de burbuja fina. Resulta afrutada y maltosa, con notas de especias, frutos secos, tueste y ahumado de la calabaza. Bajo amargor, con regusto corto pero agradable, y final marcadamente afrutado.

Aunque me ha resultado menos especiada de lo que esperaba, es una cerveza ligera y muy bebible, equilibrada y con un interesante punto tostado y ahumado muy sutil pero presente, al igual que los aportes de la calabaza. Algo así como una brown ale especiada y frutal, en la que no se descuida la aportación del cereal.

Flying Dog The Fear

Dejo para el final de esta pequeña selección una pumpkin ale estadounidense, mucho más contundente y alcohólica que las versiones patrias.

De hecho su sobrenombre es Imperial Pumpkin Ale, lo que ya da una idea de la presencia y porte que nos espera. La popular cervecera de Maryland Flying Dog Brewery, una de las dominadoras del estilo IPA en Estados Unidos, no puede faltar a su cita anual con los aficionados a las seasonal beers otoñales, lanzando una cerveza de 9 grados y 45 IBUs en la que también está presente el trigo.

De un bonito color castaño oscuro con destellos granates y muy transparente, con espuma tostada de grosor medio, esponjosa pero poco duradera.

Intenso aroma perfumado y especiado, con toques de calabaza, cardamomo y canela, dulce, penetrante y con recuerdos de licor. En boca se muestra densa pero fluida, con la gasificación perfecta en cantidad y textura. Sabor complejo, con presencia de calabaza y de muchas especias, con ligero dulzor y notas de chocolate, galleta, caramelo y pan tostado, que da paso a un amargor punzante, de intensidad media y duradero.

Final levemente cítrico, cálido y licoroso, dejando una ligera sensación alcohólica y un regusto frutal larguísimo, picante y especiado. Una cerveza potente y con carácter, algo alcohólica y picante, ideal como postre por su calidez y su largo postgusto, siendo comparable a una barleywine no demasiado intensa.

CONCLUSIÓN

Celebres o no Halloween, y aunque no seas un fan acérrimo de la calabaza, te animo a que si no lo has hecho aún, este año le des una oportunidad a las pumpkin ales.

Te encontrarás con cervezas cálidas, contundentes, muy especiadas y con una gama de sabores y aromas que encajan a la perfección con la época otoñal, como frutos secos, caramelo y fruta madura. Para lo bueno o para lo malo, seas un fan confeso o un detractor de ellas, son cervezas estacionales que sólo se pueden disfrutar una vez al año en fechas muy concretas, y que como no podía ser de otra manera, están de miedo.

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Artículo de Carlos Vallejo – Birras People , uno de los instagramers cerveceros (+12000 seguidres) más influyentes en España y colaborador de cervezasfrías.